Hoy 30 de abril el día en que se celebra a los niños del mundo creo que a la mayoría de nosotros nos gusta recordar lo increíble que es ser niños pensamos sobre lo maravilloso que es la inocencia, la capacidad de asombro, las risas, la espontaneidad, la libertad, la creatividad, la ternura, esperanza y luz que sin mayor esfuerzo pueden alimentar el alma de cualquier persona. Los niños son una fuente de inspiración, son para muchos un motor de acción y para quienes son padres, no dudo que sientan que pueden lograr “todo por sus hijos”, seguramente desean darles un mundo mejor y lograr dentro de sus propias posibilidades que sean personas exitosas en todo el sentido de la palabra.
El éxito e incluso la felicidad de un niño dependerá en gran medida de los ejemplos que reciba de sus padres y su circulo cercano de convivencia. Hoy podemos hacer mucho por los niños, las bases que les brindemos dará como resultado adultos sanos que conserven todas las cualidades que mencioné al inicio. Puede ser “sencillo”, o no, empecemos por hacer cumplir algunos de sus derechos básicos y alimentar algunas otras habilidades, esto además de otras cosas empezará a ayudarles a construír su imagen personal.
Decir “por favor”, “gracias”, la cortesía, la forma de saludar, los agradecimientos, la expresión verbal adecuada, la caballerosidad, siempre hablará bien de nuestros hijos, las personas con buenos modales y educación se perciben como personas mas confiables.
5. Estilo propio: debemos dejar que nuestros hijos descubran su propio estilo, que evidentemente será un reflejo de su personalidad, probablemente habrá que pulirlo un poco más adelante, pero es mejor que ellos prueben y tomen confianza en si mismos, que sean auténticos y no teman expresar de varias maneras su sentir, sus gustos, su “yo”.
Hoy que soy mamá, descubro que producir la vida de un niño es difícil, no se sabe con certeza hasta donde debe uno intervenir, pero si estoy segura que el ejemplo es una herramienta contundente, procuro dejar fuera mis barreras de “adulto” y permitirles ser ellos mismos, dejarlos gritar, saltar, reír, llorar, enfrentarse a sus propios miedos, retos, pero al mismo tiempo poner límites.
Dejar que crezcan, que maduren, que fortalezcan su confianza, que forjen su propio “yo”, que tarde o temprano reflejará su IMAGEN, es una tarea de todos los días, pero es un trabajo que estoy segura logrará niños más felices! Y la felicidad se proyecta, se contagia… FELIZ DÍA DEL NIÑO!.
Con cariño, tu coach en imagen y felicidad, Rocío Vargas